Una experiencia única
Hay pocas experiencias más gratificantes desde el punto de vista humano que viajar y aprender un nuevo idioma. Es difícil exagerar el impacto positivo que cualquiera de estas actividades tiene en quienes disfrutan de estas experiencias. Múltiples estudios constatan el impacto que tiene aprender un nuevo idioma. Al adquirir una nueva lengua, los estudiantes abren nuevas ventanas al mundo, obteniendo una comprensión más holística de la realidad y una perspectiva más amplia de los acontecimientos que tienen lugar en sus vidas. Si hay otra experiencia humana con un impacto similar en quienes la viven es la de viajar. Nos da a conocer lugares, culturas y personas diferentes. Nos abre la mente proporcionándonos nuevas perspectivas sobre el mundo y la realidad que nos rodea.
Combinamos ambas experiencias cuando hacemos un curso de idiomas en el extranjero. Una vez que nos hemos decidido a hacerlo, es importantísimo repasar todos los detalles: curso, alojamiento, actividades culturales y destino. He sido testigo en múltiples ocasiones de estudiantes que se frustraban porque algo no era lo que esperaban. La mayoría de las veces, o bien la información que se les proporcionó no era exacta, o simplemente no se tomaron el tiempo necesario para tomar la decisión informada que deberían haber tomado. En cualquier caso, el resultado fue frustración y decepción. Nadie quiere que eso ocurra, y la mejor manera de evitar este tipo de situaciones es obtener toda la información de antemano y hablar con personas que conozcan los distintos lugares y programas lingüísticos.
Díganos sus preferencias y expectativas, y le aconsejaremos sobre la mejor ruta a seguir. Este será el maravilloso viaje que se supone que debe ser. ¡Hagámoslo realidad!